Los españoles presumimos de nuestro clima, nuestra comida, nuestros deportistas... pero raramente le damos el valor que tiene a toda nuestra riqueza cultural. La influencia de los grandes músicos internacionales, el cine estadounidense de las poderosas productoras de Hollywood o las famosas series que las grandes plataformas como Netflix o HBO sacan a la luz, hacen sombra a nuestra música, nuestro cine y nuestras series. Sin embargo, a veces nuestros artistas son números 1 de ventas, nuestros filmes abarrotan salas y nuestras series y programas de televisión acumulan espectadores, e incluso saltan a la escena internacional. La Voz, Tu cara me suena o Aquí no hay quien viva han sido exportados fuera del territorio nacional debido a su éxito, pero tampoco son muchos los ejemplos de esta tendencia. Los últimos protagonistas que han saltado fronteras, llegando a países insólitos, son los actores de La Casa de Papel.
La producción de Atresmedia cosechó grandes datos de audiencia durante su emisión en nuestro país, pero nada comparado a todas las personas que se han hecho seguidoras de la aventura de El Profesor, Berlín, Tokio, Río y sus compañeros. En diciembre del pasado año la mundialmente famosa plataforma digital Netflix decidió incorporar la serie a su excelsa parrilla de contenidos audiovisuales y desde entonces el resto del mundo sigue el thriller español. Francia, Turquía, Brasil, Argentina o Italia son algunos de los países donde más fuerte ha golpeado la fiebre de La Casa de Papel.
La serie española se ha convertido en una de esas tendencias que dejan huella más allá de la pequeña pantalla. Ahora es una de las tramas más seguidas alrededor del mundo, su popularidad se ha disparado y grandes personajes mediáticos como el futbolista Neymar o el cantante de bachata Romeo Santos se han manifestado como fieles seguidores. El pintoresco grupo de atracadores y su líder han protagonizado incluso el tifo de los aficionados de un equipo durante un partido de fútbol en Arabia Saudí, las caretas con el rostro de Dalí y los monos rojos han sido tendencia en los carnavales de España, pero también de la tropical Río de Janeiro.
Es complicado entender el éxito a nivel internacional de una serie que en España no tuvo unos niveles de audiencia tan desorbitados, quizá el boom de Netflix con la infinidad de posibilidades que ofrece sea la clave, la nueva producción adaptada al video bajo demanda o simplemente sea nuestro ADN español, ese que nos hace valorar más lo extranjero que lo nacional.
Kommentare