top of page
  • Foto del escritorSincio

Feliz San Jordi

Un año más llegó el 23 de abril, raro fuese si esto no ocurriese, fecha marcada en rojo por los lectores habituales, y todos, sobre todo los catalanes, volvieron a llenar las calles demostrando que, a pesar de todos los cambios y novedades recientes en el mundillo, nos siguen gustando los libros impresos. Nos gusta por su olor al pasar las páginas con tus propias manos, por subrayar con lápiz, nunca con boli, y por ocupar estanterías, incluso las que no tenemos, con más libros de los que sinceramente vamos a leer.

La gente, todos nosotros, seguimos leyendo en papel, y esto, por más ebooks o tablets que saquen al mercado, nunca va a cambiar. Y Para todos los que disfrutamos con la lectura el día del libro es un día especial. Por lo que significa, por cómo se escenifica y por el ambiente se crea en torno a una afición que compartimos, y que amamos.

El pasado lunes fue el dia del libro, San Jordi en Cataluña, y volvimos a ver imágenes, que, sin duda, emocionan. Calles abarrotadas de gente, casetas llenas, grandes colas esperando la firma de tu autor favorito, y sonrisas al haber saludado a la escritora de moda que llevaba noches acompañándote en tu habitación. Muchos libros y muchas rosas, una tradición bonita, espontánea y fresca que adorna y decora una ciudad con mucha alma.

San Jordi es especial para los lectores, incluso también lo es para los que no lo son, pero sobre todo lo es para los escritores. Si ya es reconfortante, imagino, que una historia escrita por ti mismo llegue a tanta gente, más lo será, sigo imaginando, ver a toda esa gente, o un alto porcentaje, hacer cola justo delante de tu caseta. Y yo que me alegro por todos ellos, porque hoy en dia, que parece que cualquiera puede escribir un libro, y pocas cosas hay más difíciles que hacer esto bien, cuesta encontrar entre tanta paja a los escritores de verdad. Pero los hay, vaya que si los hay.

Lo son María Dueñas y César Brandon Ndjocu que con sus libros, “las hijas del capitán” y “las almas de Brandon” han conseguido ser los más vendidos en un día tan señalado. Me alegro mucho por ellos, porque se lo merecen, y por todos aquellos que han participado en un día tan especial, porque nos lo merecemos.

El 23 de abril ya se fue, las casetas cerraron, las rosas reposan en los floreros con mil historias guardadas, y los libros esperan en las mesillas a ser cogidos y devorados. Porque de eso se trata, devorar libros durante un año, vivir historias impensables, con la seguridad de que, el año que viene, más o menos por estas fechas, volverá a ser 23 de abril, raro fuese si esto no ocurriese.


Dos rosas y un libro junto a la arena
La rosa y el libro, símbolo de San Jordi

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Kommentare


bottom of page